El 6 de abril la Ikastola Haurtzaro decidía retirarles el menú vegano a Izadi y Araitz, dos alumnas veganas de dicho centro.

Siempre han tenido problemas porque el personal de cocina siempre se ha negado a cocinarles nada, ni si quiera son capaces de abrirles un bote de garbanzos. En este colegio sí cocinan diferente por alternativas religiosas, ya que esas alternativas no cuestionan el especismo. Y la decisión de estas niñas sí.

Y entonces es aquí donde nos encontramos con un caso claro de Vegefobia. Es tal su odio hacia estas niñas veganas, que ni si quiera han sido capaces de esperar a que finalice el curso.  Alegan unas razones de infraestructura que nadie se cree, ni ellos se lo creen.

Izadi y Araitz ya no podrán ir tampoco a baile, una extraescolar que hay después del comedor, pues no les da tiempo ya que viven en otro pueblo. Tampoco tendrán ese rato de juegos con sus amigas.

Su madre como mujer tiene que renunciar al derecho de conciliar vida laboral y familiar.

En la Ikastola Haurtzaro dicen que lo que está haciendo su madre desde la cuenta @feumve daña la mala imagen del centro. Y le han abierto un expediente para quitarle algunos o todos los derechos como socia por tres años. Donde entra el derecho al uso de los servicios del centro y el derecho a la educación. O incluso le amenazan con la expulsión.

Es el centro el que se está dejando en evidencia frente a este caso de odio y discriminación. Cuando haces algo mal, rectificas y buscas la manera de solucionarlo, priorizando el interés superior de las menores y sus derechos.

Pero ellos han preferido proteger a el personal de cocina que comparaba la petición de menú vegano, con pedir un menú McDonald’s, menú para golosos, antilegumbres…

Y quieren quitarles también el derecho a la libertad de expresión.

Izadi y Araitz quieren seguir con sus amigas y amigos y con sus profesoras y profesores.

Quién se tiene que ir es quién no es capaz de ser inclusivo con la diversidad del alumnado que tiene en el centro.

En sus caras se refleja el enfado y la tristeza que les produce esta situación que ninguna niña, ni niño, deberían sufrir sólo por ser diferentes.